En nuestro diario vivir, estamos constantemente condicionados por el pasado y el futuro y en varias ocasiones nos olvidamos de vivir el presente, el aquí-ahora. ¿Y si de pronto queremos comenzar un proceso de autoconocimiento, o simplemente comprender nuestra mente? ¿Existirá alguna forma o acción que uno pueda realizar para conectarnos realmente con nuestro presente?
La respuesta es ¡SÍ! Y de esto tratan los párrafos siguientes, ¿Te animas a saber qué es?
Primero que todo, debemos agradecer a las civilizaciones milenarias orientales, ya que las raíces de lo que hablaremos a continuación provienen de allá. Aquellas personas del pasado crearon dentro de su cultura, una filosofía de vida, la cual se conoce con el nombre de Mindfulnnes, o Atención Plena, traducido al español. Ésta se define como: “Vivir plenamente en el presente es una forma de arte que libera la mente, alivia el sufrimiento interior y desarrolla la presencia en nuestra vida.” (Siegel, 2012)
Ahora, seguro que nos están asaltando algunas dudas…Como: ¿Qué necesito para practicar Mindfulness? ¿Debo ser una persona con vida espiritual desarrollada? ¿Un conocedor de la filosofía de vida budista? ¿Un religioso?
Y la respuesta es bastante simple, solo necesitas ser tú y tener una disposición de apertura e intención para adentrarte en conocer y hacer parte de tu rutina esta práctica. Sin embargo, debemos saber que esto no es de un día para otro, aquí debemos demostrar nuestra motivación y constancia, y concentrarnos en disfrutar este camino que ya hemos iniciado.
¡Comencemos!
- Buscar un lugar donde te sientas a gusto.
- Encontrar una postura corporal que te haga sentir cómodo (sentado, recostado)
2.1.- Debemos entender que hay distintas posturas que nos llevan a distintos objetivos. Algunas nos incitan a la somnolencia, las cuales tienen como fin entrar en un estado de sólo relajación. Mientras que Mindfulness, te invita a ser-estar despierto, receptivo y atento con plena conciencia a todo lo que va ocurriendo, a lo que vamos percibiendo.
3.- Cerramos los ojos para concentrarnos con mayor facilidad.
4.- Nos concentramos en la respiración.
4.1.- Aquí, observamos el ritmo de la respiración.
4.2.- Percibamos como entra el aire a los pulmones y como la caja torácica se expande cuando inspiramos y luego como se contrae con la espiración.
5.-Mientras lleguen pensamientos o sentimientos a nuestra mente, las observaremos como tal, las aceptaremos (sean agradables o desagradables) y luego con apertura seremos capaces de percibir todo lo que llegue, sin seleccionar, y entenderemos que la realidad se muestra ante nosotros dinámica y cambiante, será nueva cada vez.
Con estos pasos, podemos decir que ya estamos realizando la primera rutina de entrenamiento en Mindfulness. Y ahora, ¿Te animas a realizarlo una vez al día?
Por Belen Varas, Psicóloga.
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Autor: Portal Terapeútico
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